jueves, 17 de septiembre de 2020

Otoño 2019



Llega esta época del año en que las hojas caen.  Para renovar, para descansar de lo vivido. Para olvidar los malos tragos y prepararse para los buenos que nos esperan.

Me gusta pasear sobre las hojas, me traen preciosos recuerdos, irrepetibles.

Sí, estoy un poquito melancólica.

Y no es por la estación, me encanta el otoño, los colores, la temperatura suave que anuncia los fríos que vendrán... o así era antes del cambio climático. Aún voy vestida de verano pero sé que durará poco, es lo esperable.

Me he dicho: voy a ver cuántas hojas han caído metafóricamente en mi recuento lector.  Muchas.  Muchas que han caído, he pisoteado y he esperado que se las llevase el frío viento.  He empezado ocho libros que no he tenido a bien continuar.  Como siempre, algunos esperarán un momento más adecuado, otros pasarán sin pena ni gloria.

Sin embargo, he conocido nuevos autores, nuevos géneros. Me he atrevido con lecturas que no suelen estar en mis predilectas y he sacado algo bueno de todas ellas.  Unas sonrisas, algunas reflexiones, mucho entretenimiento y muchas horas de pensar y comentar lo leído.



Este era el último post que tenía preparado y se quedó esperando.   Se quedó esperando por varios motivos, algunos personales: estancias de familiares en hospitales, enfermedades agravándose, falta de tiempo para conciliación...

Y otros literarios.  Como decía, abandoné muchos libros. No sé cómo me las apañé pero mucho de lo que caía en mis manos me aburría, no me gustaba, se me iba el santo al cielo mientras pasaba las páginas sin asimilar lo que ponía. Cosas que pasan.

También tuve que leer por obligación.   Varios conocidos me regalaron libros que tenía que leer y darles mi opinión, algunos de ellos, eran los propios autores.  Y no me gustaron nada, me aburrieron mucho. Y se me quitaron las ganas de leer por un tiempo. 

Y así, de repente, como quien no quiere la cosa, y tras una pandemia que jamás habríamos imaginado llegar a vivir, un año después, he recuperado las ganas de leer.  


The letter - Haynes King



Espero contaros más en breve.  QUIERO contaros más en breve.

Gracias por estar ahí.












jueves, 11 de abril de 2019

Imagen de Apolar https://www.deviantart.com/apolar 


Estos vaivenes de la vida me han tenido ocupada en menesteres poco agradables, pero que hay que atender porque las circunstancias vienen como vienen y se van como peor te conviene. Es posible que esto haya influido en mi ánimo lector, ya que creo que en el balance veraniego los libros abandonados (voy a ser amable: algunos los he pospuesto) ganaron por goleada a los acabados.

Qué desidia más tonta, sí, cambiase al tema que cambiase, tanto en formato digital como en papel, no sentía el deseo de volver a retomar la lectura. Y eso de la obligación para esto no es bueno ¿a que no? Pues eso, ahí se iban quedando.  Dos de la plataforma de Unlimited, dos comprados en digital, dos sacados de la biblioteca y otros dos prestados.  Vaya, me acabo de dar cuenta de que ¡he abandonado libros a pares! 

Así que ni corta ni perezosa, rebusqué entre los libros amontonados en mi biblioteca, de esos que hay quedado relegados sin motivo aparente e inicié la lectura de un libro que compré hace nada menos que diez años. Y, sí, me entretuvo.  Me entretuvo mucho sin ser una gran maravilla literaria ni tener una historia terriblemente intrigante, aunque tenía su puntito de intriga y su temilla sobrenatural. 

Lo oí nombrar allá por el 2005, tras un viaje en coche en el que volvíamos oyendo una emisora en la que hablaban de libros a altas horas de la madrugada.  Dos o tres veces tomé nota de libros que recomendaban en ese programa. No sé si por el ambiente nocturno y por ese cariño que ponían en sus reseñas y opiniones aquellos amantes de los libros. 

El caso es que este libro, Satanael, me llamó mucho la atención por lo que antes  he comentado del misterio y tal, y, leyéndolo por primera vez en 2018, me ha resultado agradable, por recordarme mis inicios lectores, cuando las aventuras fantásticas enmarcadas en el mundo real eran mi pan de cada día.  Y siendo el primer libro que he conseguido acabar después de tanto tiempo, me hace pensar que aún me gusta este estilo.  

Ahora he rebuscado un poquito por ahí, encontrando que Juan Martorell tiene más historias misteriosas, que prometen tenerme enganchada al mundo irreal  mientras viajo por el inframundo. O como los demás mortales lo llaman, el metro. 




Otro de los libros que descubrí en ese programa fue La dama y el león, de Claudia Casanova. Temática completamente distinta, histórica. Pero me encantó igualmente.  Mi querida Aalis de Sainte-Noire, que me llevó por el siglo XII  a través de parajes franceses. Este sí que lo leí hace mucho más tiempo, pero guardo un precioso recuerdo, tanto del libro, como de aquellos viajes silenciosos, con los niños durmiendo y las tranquilas voces de aquellos desconocidos que me recomendaban historias a través de la noche. 








lunes, 18 de junio de 2018

He descubierto una escritora, bueno, se ha descubierto ella solita


Pero yo me la encontrado como sin querer. A ver si me explico. Esta muchacha estaba ahí, pululando por las redes, publicando sus libros, en las listas de Kindle Unlimited...

Lo normal.

Hasta me sonaba su nombre, sí. Porque tenía un título (y ya sabéis que a mi me tiran mucho los viajes temporales) que aparecía por los grupos de lectura, en Twitter y Facebook, pero era desconocida para mí.

Y en esta aventura de descubrimientos en la que me he embarcado, la de ir bajando libros de Kindle Unlimited para poder conocer novedades sin quedarme en la ruina, me decidí por uno de ellos.  (Aunque iba con un poco de miedito, pues he de reconocer que llevaba dos o tres "disgustillos" a mis espaldas en tal aventura: una traducción bastante mala y dos novelas que... madre del amor hermoso, qué).

Y sin más dilación, paso a mostraros a la afortunada ganadora de mis pesquisas





Bueno, bueno, bueno. ¡Qué puedo decir! Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de un libro.  Lo primero fue la sorpresa de ver todos los signos de puntuación en su sitio, frases bien construidas, un vocabulario extenso sin ser pedante... En serio. O sea. Una persona que sabe escribir. O incluso que su obra ha sido bien revisada, calidad, por fin, calidad nuevamente, como es de desear en un libro al que te acercas con ilusión.

Y la  historia ¡Oh, la historia! ¡Qué sentimientos despertó en mí, ahí, yo llorando a escondidas en el autobús! No me lo esperaba, no.  Estamos de acuerdo en que, si no te gustan los viajes en el tiempo, esta novela no te va a atraer, claro. Yo solo os digo que cuando comenté en casa de mi hermana -LiterarySis a partir de hoy, que ya está saliendo mucho en este blog, ;) - cuánto me había gustado, de qué iba, que si esta o la otra película de viajes en el tiempo trataban ciertos sentimientos, cómo había disfrutado y sentido... pues allá que fue LiteraryBro (cuñado, a otros efectos) a comprárselo ¡en papel!

Y así empieza esta historia de amor literario.



Poco después, mi querida LiterarySis me regaló "Ella lo sabe", un domestic noir, nada que ver con la anterior, pero es que mi hermana es muy de negra. Nada, que no hay manera, me tuvo enganchada hasta que acabó.  Es un estilo totalmente distinto, otra temática diferente, pero también muy bien escrita. Qué queréis, me gusta que no solo la historia sea buena, sino que esté bien contada y resuelta.


Y ya está. Soy fan. Hiper fan.  He bajado otro más de viajes en el tiempo de Unlimited, pero en casa, como veis, hemos invertido dinerito en otros dos.  Y serán más.  Le comenté a la propia Lorena en Twitter que había sido una grata sorpresa, y ella me animó a no decepcionarme con esta aplicación a pesar de mis malas experiencias, que hay buenos autores esperando a ser descubiertos. 




Gracias por hacerme soñar otra vez. 


Lorena Franco es, además, actriz. Y si queréis saber qué mas ha escrito y que ya la conocíais pero no sabíais que era ella, podéis echar un ojo a su blog.Blog aquí y Web aquí








viernes, 27 de abril de 2018

El primer trimestre de 2018 me ha cundido algo


Imagen extraída de www.hollywoodreporter.com 

Y ya está aquí la primavera, que la sangre altera, que trae sarpulliditos, estornuditos y todos esos chismitos que me recuerdan que no debo sentarme a leer en el parque. 

Hormigas que escalan las piernas aparte, vuelvo con los ojos hinchados y con ganas de rascarme hasta que me arranque la piel. También me entran las ganas de volver a contaros mis cosas en el blog, y os traigo lo que he leído este año, durante el fin del invierno y al principio de primavera; sí, acertáis, en ese parque que adoro y que tantas alegrías/alergias me proporciona. 



   Variadito ¿verdad?


En cuestión de misterios, he acabado dos sagas, la de Toni Hill y la de Ana Medrano. He continuado con la pareja de suecos que crearon a Bergman y he iniciado la saga distópica Unwind (Desconexión) de Neal Shusterman y la de Unai López de Ayala, escrita por Eva García Saenz de Urturi.

Un poquito de ci-fi con Lovecraft, un poquito de feelgood con Mónica Serendipia y su encantador hotel y la maravillosa librería de Petra Hartlieb.

¿Clásicos? También, por qué no, pues toma un Zweig. Siempre interesante, entretenido y estremecedor. ¿Contemporánea? Venga, añadamos un café con Pilar Muñoz, tres mujeres que nos cuenten su vida de la mano de Dacia Maraini, una historia rusa de la mano de Freda Lightfoot y el thriller judicial de moda, de Roberto Santiago.

Todos ellos, leídos en su idioma original, excepto:
  • La guardiana del ámbar, de Freda Lightfoot - traducido por Ángeles Aragón López 
  • Miedo, de Stefan Zweig - por Roberto Bravo de la Varga 
  • El Alquimista, de H.P. Lovecraft, (que voy a quedar fatal, porque me lo prestó una amiga y no recuerdo quién lo tradujo 😓  )
  • Los de Hjorth & Rosenfeldt, traducidos por Claudia Conde Fisas



Y para acabar este mes, vuelvo a una autora española, Conchi Aragón, cuyos libros he visto por las redes con bastante frecuencia, y me ha picado la curiosidad.

Pero, ah, reincidente de mí, no era consciente de que he elegido otra saga más y además la he empezado por el segundo, sin querer.  Tendré que ponerle remedio. 

Y con el canto de los pajarillos de fondo, voy a continuar con esta última lectura, a caballo entre abril y mayo. 




¿Qué planes tenéis para esta primavera? ¿Quizá iniciar más sagas, como yo?  Felices lecturas.

Wild Flowers by Su Blackwell. recycled book


miércoles, 24 de enero de 2018

¿Qué buscáis en un club de lectura?



Quedé con unas amigas este fin de semana. A una de ellas, R., la conozco y quiero desde la infancia, para ser sinceras, desde la preadolescencia; a las otras dos, M. y Z., las conocí en un foro literario.  R. ya lo sabía, siempre se disculpa porque dice que no lee mucho y no participa en actividades literarias, aunque le gustaría.  No la creáis: lee bastante, más por temas profesionales, algo menos de otros temas en el tiempo libre que le queda.  

Aproveché un evento al que me invitó M. para verlas a ella y a Z. y, de paso, quedar también con R.,  que tampoco es que tengamos tantas oportunidades para vernos.  Ni que decir tiene que entre otros temas, los libros y los clubes de lectura tuvieron un porcentaje elevado de atención en nuestras conversaciones.  Sobre todo el tema de "es que no tengo tiempo yo de apuntarme a un club".

Imagen de Catarina Sobral, tomada de un artículo de la Universidad de León
Bueno, queridos míos, qué os voy a contar que no sepáis. Con las nuevas tecnologías, las posibilidades de encontrar un club que se adecúe a nuestras necesidades y gustos se multiplican: no necesitamos un espacio físico para reunirnos, fijaos en Goodreads, o en Facebook, la cantidad de grupos que hay para compartir nuestras opiniones literarias, mostrar fotos de nuestros tesoros librescos o resaltar citas que nos llaman la atención.


Mientras estaba preparando esta entrada, me he encontrado con que mis habilidades telepáticas siguen funcionando a tope (algo que ocurre cada vez con más frecuencia, tendré que estudiar este fenómeno), porque una revista ha publicado un artículo sobre clubes de lectura en su edición semanal. Casi hago como en ocasiones anteriores, pensar ¡oh, ya se me han adelantado! y retirarme con elegancia a mis aposentos. Pero mejor no, que seguro que algo puedo aportar aún. 


Aportar. Esa es la palabra. Lo que a mí me han aportado los clubes de lectura. Desde el colegio, pasando por la universidad y la biblioteca de mi barrio, siempre he estado en alguno, con más o menos asiduidad.  Y, ¿por qué?

  • Soy una cotorra. Me encanta hablar y leer, y poder hablar de leer ya es lo más. En un club de lectura se habla de los libros que has leído. Más concretamente, del libro que todos hemos leído. Sabemos de lo que hablamos. 

  • Conoces gente afín, a la que le gustan los libros y hablar de ellos.  Aunque el título que toque no les haya gustado, compartir la experiencia lectora suele enriquecer. 

  • Aunque no es obligatorio, suelen tener lugar en librerías, bibliotecas, bibliocafés u otros lugares donde puedes husmear entre libros e incluso comprar alguno, total, siempre nos faltan libros. 

  • Descubres historias, autores y géneros nuevos. Así he descubierto algunas joyas a las que no me habría acercado de otra manera. Puedes proponer títulos, aunque no siempre se lee el que tú quieres (democracia, oh), así que para participar debes adentrarte en lo desconocido. Reto al canto, el mundo es para los valientes. 

  • Pueden surgir actividades relacionadas con los libros: ir a ver la peli de un libro, asistir a una presentación con autores, hacer excursiones para comprar libros, ir a tomar café y hablar del buen tiempo que hace, excursiones gastronómicas... o lo que se tercie, aunque no tenga que ver con los libros. 


  • A veces llevan pasteles.   En el caso de los clubes virtuales, los pasteles también son virtuales, con lo que tienen la ventaja añadida de reducir el consumo de azúcar 😏, aunque se lean textos almibarados. 




Tienen una desventaja, claro, nada es perfecto:  TE HACES ADICTO. Acumulas y acumulas títulos en tu lista de lecturas pendientes, te apuntas al club mensual, al quincenal, al monográfico del autor X, al de literatura histórica, novela negra o lo que surja...  Os lo advierto, tomadlo con moderación. Yo me metí hace unos años en  

👉este foro👈 
 (pinchad en el enlace anterior, si os atrevéis) 


y mi vida cambió.  


UTILICE ESTE FORO CON PRECAUCIÓN
CONSULTE A SU MODERADOR EN CASO DE DUDA
PASE POR EL CLUB DE LECTURA BAJO SU PROPIA RESPONSABILIDAD
DEJAR AL ALCANCE DE PERSONAS DE DIFERENTES EDADES



Y vosotros, ¿habéis participado alguna vez en un club de lectura? 




sábado, 16 de diciembre de 2017

¡Feliz cumpleaños, Jane!



Pues sí, queridos míos. Hoy  hace nada menos que 200 años que la señorita Jane Austen tuvo a bien venir a este mundo para, un tiempecito después, dedicarse a escribir historias que a algunos de nosotros nos internarían en el maravillos mundo de la literatura. 


En mi tierna edad de preadolescentes años, mantenía correspondencia con varios desconocidos, amigos después, por medio de un programa de intercambio epistolar que organizó una compañera de colegio. Con una de estas amigas (¡Hola, Robin!), un día decidimos regalarnos un libro en nuestro idioma. Yo le regalé el Poema del Cid, ella a mí, Orgullo y prejuicio.   Y así empezó todo... Mi profesora de inglés había hecho su tesis sobre Austen y me metió el gusanillo.  Como ya os he contado en otras ocasiones (o a algunos no), desde muy pequeña había libros en mi casa y mi madre me enseñó a leer antes de entrar en parvulitos, así mi padre tenía excusa para traer aún más libros a casa, como si necesitase alguna.  Con el tiempo, decidí estudiar filología, y aquí me tenéis, enganchada a todo lo que tenga que ver con las historias, inventadas o no, pasando por la literatura escrita y evolucionando hacia la comunicación global. Aventuras que se pueden vivir intensamente, en solitario o compartidas, y que llenan nuestra propia aventura diaria del vivir, en el momento y situación que nos han tocado a cada uno.

Por eso le tengo cariño a Jane. He leído Orgullo y prejuicio,  no sé, ¿doce veces? Las primeras aproximaciones no pasaban del primer capítulo, era joven y ese inglés no era como el de los libros de Arthur y Mary, que menudas aventuras cotidianas tenían los colegas, también. Leí el principio cinco o seis veces, hasta que un día lo conseguí acabar. Y ahora es un must anual. Bueno, bienal que una se hace mayor y le falta tiempo para todo. 

El año pasado presenté algunas fotos  al Mugs and books V de Mónica Serendipia, y tuve la fortuna de ser elegida con una foto que tenía como motivo un té con mi querida Jane. Ha sido un honor participar en este concurso, conocer el mundo blogger, compartir mis aficiones lectoras y recibir muchas más recompensas emocionales en este siglo XXI; muchas de ellas, sin embargo, tienen su raíz en esta querida escritora del siglo XVIII, que estaría en nuestras cuchipandas sin dudarlo un momento. 


Por eso y porque sí:


¡Feliz doscientos cumpleaños, Jane Austen!






Todas las fotografías que aparecen en este artículo han sido realizadas por la persona que da vida al personaje de Literary Shadow. Vamos, por mí. Podéis usarlas, citando mi autoría, si os place. 


martes, 21 de noviembre de 2017

En barbecho






Sí, queridos míos. Este blog está en barbecho.




Entendámonos, el blog es mío, y como yo, pues es muy "sui generis". Es decir, que está en barbecho aparente, porque sí que hay semillas descansando bajo sus surcos. 

Esas ideas que están a falta de forma y color definitivos, pero que tengo previstas desde hace mucho y por uno u otro motivo no germinan aún. Por un poner: 

  • Sagas como pimientos de padrón. (Unas enganchan y otras non)
  • Qué bien me suena este libro
  • Queridos lectores: librerías por correspondencia 
  • Y muchas más...


Y por el mismo motivo, porque es un barbecho a su aire, de vez en cuando sobresaldrá una plantita por allí, otra por acá, como la fotito que espero publicar en breve para el #MugsandBooks, que viene organizando desde hace algún tiempo ese encanto de persona que es  @MónicaSerendipia,

Y llegado su momento, florecerá.




jueves, 1 de junio de 2017

Bienvenido, junio. Lecturas y sorteos.


Están empezando a aparecer las tardes calurosas.  Bien, en realidad quiero decir que mayo se ha visto salpicado de tardes que superan las temperaturas consideradas decentes para una primavera.  

Ahora ya tenemos excusa: "Es que en junio empieza el verano, y ya se va notando..." Pues no, oiga, que lo mismo se nubla, que hay viento, que sales de casa en sandalias y vuelves arrebujada como puedes en el pañuelo que te salva de la congelación (Si no es por la calle, el transporte público ya se encarga de poner el aire acondicionado al máximo).

Lo bueno es que muchas de estas tardes se pueden aprovechar para sentarse en un banquito del parque y leer antes de que lleguen las temidas torraeras del verano. 

Yo las he aprovechado bastante bien durante las últimas semanas de abril y todo mayo. Mis compañeros han sido: 



Y aún me acompañan


Todos ellos en papel, algunos propios, otros de la biblioteca, pero el caso es que parece que el sol me provoca una cierta nostalgia vintage y me gusta sentarme oyendo los pajaritos (esto empieza a ser recurrente) mientras paso las páginas, retiro las hojitas de las flores que van cayendo sobre ellas y pierdo los marcapáginas en el bolso y me vuelvo loca buscando por dónde había interrumpido la lectura. 

Esa tradición.

* * * * * * * * 

Otro efecto secundario de los incipientes calores es el deseo de volver a apuntarme a todo sorteo que me resulte apetecible. 

Y por el momento, me han apetecido estos sorteos que tan buena pinta tienen. 




Hay un sorteo conjunto en los blogs de Pedro de El Búho entre libros, Teresa de Leyendo en el bus, Manuela de Entre mis libros y yo, y yo me he apuntado en el de Concha y Bea de De lector a lector, en el que sortean "Escrito en el agua" de Paula Hawkins. Tenéis hasta el 8 de junio para apuntaros.


El blog de Entre mis libros y yo, sortea un ejemplar de cada una de estas novelas, tenéis para apuntaros desde el 1 de junio de 2017 hasta el 15 del mismo mes. Muchas ganas de recibir en mi casa tanto a Cari Ariño, como a Carmen Conde. Espero que una de ellas provenga de este sorteo.

 
Y para este sorteo tan chulo y lleno de misterio, tenéis hasta el día 21 de junio para apuntaros en el blog de Inés, la huella de los libros. ¿Os apetece estar con la intriga hasta ese día? ;) 

* * * * * * * * 

Y con esto y un boniato, me voy al parque cuando tenga un rato.

¿Queréis leer alguno conmigo?





sábado, 1 de abril de 2017

La primavera ha venido ¡y apenas he leído!





Pues sí, queridos lectores:  En mis momentos de reflexión, o si lo preferís, de ensueño, suelo pensar lo que voy a contar en el blog.  Y se me ocurren muchísimas cosas. Estos primeros meses quería, por ejemplo, ir publicando reseñas a medida que fuese leyendo los libros, comentar las citas que más me habían impactado, si os los podría recomendar con ardor o si no le iban a gustar a determinados lectores... y estas cosillas que en mi mente tienen un desarrollo brillantísimo.


Luego, claro, me despierto, vivo, trabajo, viajo y duermo, como cada hijo de vecino. Y se me va la idea por las nubes, con los pajaritos y las hojas de los árboles mecidas por el viento... Ejem... perdón.

Para evitar esta dispersión, tomo notas en los formatos digitales o, para los libros en papel, voy cargada de post-its con los que señalo esos párrafos que me inspiran y que rondan mi imaginación esperando que los plasme en el blog.  De momento, os contaré lo que he leído hasta ahora a la espera de sus respectivas reseñas.


        











  • El último encuentro, de Sándor Márai, traducido del Húngaro por Judit Xantus Szarvas. Un libro delicado, intimista, que nos desvela la  historia de los personajes hasta descubrir el misterio que los mantiene unidos y separados a la vez.  Lleno de frases para pensar.  

  • Besos de nadie, de Victoria Ash. Poemas frescos y llenos de sentido. Tomé la decisión de regalarle este libro a mi hija tras leer esta estupenda entrada en el blog de MientrasLeo. 

  • Nada, de Carmen Laforet.  En realidad, es la tercera vez que lo leo. La primera era muy joven, lo leí por recomendación de mi profesora de literatura y me gustó tanto, que guardé un buen recuerdo de él. Ya algo más madura, lo releí y esa impresión perduró. Por ello, cuando en un club de lectura propusieron este título no lo dudé. Bien escrito, mantiene la actualidad en muchos de los temas que trata, en algunos casos, para desgracia de algunos.

  • El blog de la doctora Jomeini, de Ana González Duque. Es una recopilación de artículos aparecidos en dicho blog, en los que cuenta con mucha gracia y naturalidad las peripecias de una residente de anestesia. 

¿Cuatro libros en tres meses? ¿Cuatro libros finitos? ¿Y tú eres una ávida lectora? No queridos, no. La cosa no queda ahí. Tengo momentos conejillo de indias también: estoy leyendo una novela aún no publicada de unas seiscientas páginas, que me está gustando bastante, que además, alterno con otras lecturas no profesionales:

  • Estoy a puntito de terminar El afinador de pianos, de Daniel Mason, traducido por Gemma Rovira Ortega. Una historia sobre un afinador de pianos, que ha de emprender un viaje a Birmania, durante la colonización británica. Con momentos que me recuerdan a Pasaje a la India, de Foster, respecto a la caracterización de los personajes y la manera de describir los paisajes entretejiéndolos en la novela como si de otro protagonista más se tratase. 


Estoy en ello

  • Khimera, de César Pérez Gellida. No sabía muy bien qué me esperaba dentro de sus páginas, pero la portada me enganchó. Me encontré con un mundo futuro, lleno de cambios geopolíticos y muchos, muchos nombres extraños.  Necesitamos encontrar al bogatyr, que... (bueno, ya os enteraréis) el caso es que cuando andaba por la mitad, lo pilló mi marido y se lo está leyendo. Cuando el lo acabe, continuaré.

  • El exilio de Amún Sar, de Juan González Mesa.  El caso es que tuve que ir de acompañante al médico mientras mi acompañada se hacía una serie de pruebas y por no llevar muchos trastos, empecé esta novela corta que tenía en el kindle comprada desde hace tiempo. Es ficción fantástica, muy entretenida, estoy casi casi segura de poder desvelar el misterio... probablemente la termine hoy, en cuanto publique esta entrada. :) 

Sí, porque se me acumulan las tareas y no llego a plasmar los pensamientos para que sepáis que sigo aquí dando la lata. Tengo más cosas que contar, pero, eso es otra historia. 


¿Sois tan desordenados como yo en cuestión de empezar lecturas cuando aún no habéis acabado las otras? ¿No sabéis cuál acabar primero?


Feliz primavera lectora.













miércoles, 22 de febrero de 2017

Conociendo autores en la biblioteca




Ahora que casi se está acabando el mes, vengo a contaros una iniciativa de mi biblioteca que promueve la lectura de autores que de otro modo pasarían desapercibidos cuando alguien va con una idea preconcebida o su intención es curiosear entre las más recientes adquisiciones.

El caso es que no me había dado cuenta, conscientemente, quiero decir. Pero sí que veía que en un expositor al lado de las novedades había un montón de libros del mismo autor; también había un bonito cartel encima, que yo obvié convenientemente, en el que ponía: AUTOR DEL MES. Así, en mayúsculas. Al ladito de las novedades, con una foto y todo por si no nos hemos dado cuenta. A prueba de despistados.


Este mes nos presentan a Pierre Lemaître.

No sólo eso, además nos ofrecen sobre el mostrador unos folletitos muy monos que se han currado con mucho cariño.  Te presentan una breve biografía del autor, un recuento de premios si los tuviera y una relación de sus publicaciones, con la signatura debajo, por si los quisieras ir a buscar en ese mismo momento.




Te los puedes llevar para leer más cómodamente, allí mismo o en casa.

Últimamente he oído hablar de "Tres días y una vida"  bastante en Twitter, el nombre del autor también me era conocido. Y ahora que hemos sido formalmente presentados, tendré que intimar algo más...



El mes pasado recomendaban a Sándor Márai.  Una lástima que no viese el folletito hasta este mes, porque lo que hice fue recorrer la estantería de la recomendación, leyendo las contraportadas, las sinopsis, hojeando el interior por si alguna frase me llamase la atención, -que tampoco es una mala manera de decidir, digo yo- y por último me llevé "El último encuentro".  También porque había estado hablando de ese libro precisamente con Raquel, quien ha hecho una magnífica reseña AQUÍ, en su blog El momento de Raquel. Y hacía mucho que quería leer algo de este autor, que no suele figurar en las listas de best-sellers ni en las de novedades.



Buena iniciativa ¿verdad?

También he visto que este mes, febrero, el mes del amor, andan diciendo por ahí (¿porque el 14 es San Valentín? ¿porque nació una estupenda criatura que desde aquí os observa?), tenía su folletito propio.  Bueno, febrero en sí mismo, no: El amor. Con libros que hablan de amor, fragmentos de amor en libros, películas con tema amoroso.  Por eso, aunque le tenga especial cariño al mes de febrero, me gustaría pensar que ese folleto estará vigente mucho, muchísimo tiempo.




Sed felices.








martes, 17 de enero de 2017

Traductores: puentes entre mundos




A mi madre le encanta Tolstoi.   Ella me recomendó leer Anna Karenina en mi adolescencia. Aunque su autor favorito era, sin lugar a dudas, Dumas.  Oh sí, releía una y otra vez esos tomos con el lomo rojo, con sus letras doradas y hojas impresas en papel biblia. Sentía auténtica pasión por algunos conocidos autores franceses, Stendhal, Victor Hugo, Zola

Mi padre, sin embargo, sí que era más de rusos: Chejóv, Dostoievski, y además de los clásicos, también leía con fruición al más reciente Solzhenitsyn, de quien una y otra vez me ha recomendado Un día en la vida de Iván Denísovich, que tengo que leer en algún momento, al igual que La princesa Tarakanova de G. P. Danilevsky.

Mis padres no pudieron estudiar mucho, les pilló la guerra y la postguerra. Salieron de su pueblo para venir a la capital a crear una nueva vida y una familia. Y encontraron un vendedor de libros, que recogía las colecciones de fallecidos sin herederos, vendiéndolos al peso.  Poco a poco tuvimos una excelente biblioteca que nos proporcionó innumerables horas de entretenimiento, aventuras y conocimiento. Historias de lejanos países, cuyos personajes habían sobrevivido a los más terribles avatares que el destino les había deparado.




Mi infantil empeño fue más lejos y quise ver con mis
propios ojos lo que  mis autores favoritos,  como
Wilde o Carroll, nos contaban. Y me hice traductora.
Por aquel entonces, en mi casa no se hablaba ruso, ni francés; apenas yo comenzaba a aprender inglés, en un infantil empeño de entender las canciones de los Beatles que salían en la serie de dibujos animados.  Y sin embargo, podíamos acercarnos a esos grandes monstruos literarios: gracias a las traducciones

Aunque no fuesen siquiera las mejores disponibles: muchos autores eran traducidos de versiones francesas de los originales, con tan solo una versión intermedia en el mejor de los casos. Una suerte de juego del "teléfono estropeado", si se traduce algo que luego se retraduce, es bastante probable que acabe desviado del original. Pero, aún así, han conseguido que entendamos lo que de otro modo nos sería imposible.

Afortunadamente, contamos con estupendos traductores en la actualidad, que se forman en varias lenguas y se apasionan en el proceso, cuidan las fuentes y se esfuerzan por que a nuestras manos lleguen las mejores versiones de obras inmortales. Por eso es necesario revisarlas; sin ir más lejos, la Guerra y Paz que he leído yo no es la misma obra que leyó mi madre. (Mario Muchnik hace referencia a la nueva versión AQUÍ. )


Pero no son las diferencias entre traducciones lo que quería tratar, sino más bien, agradecer que existan traductores que nos acercan a los idiomas que no entendemos. Porque parecen invisibles. Una amiga dice: "Me encanta como escribe  Xxxx", no amiga, no.  Si lo leyeses en su lengua original, todavía. Que no digo yo que no te gustase, pero lo que tú estás leyendo es una traducción. "Pues este libro está fatal traducido", y ¿cómo lo sabes?  Tal vez no, puede que la persona encargada de acercarte esa historia haya querido ser fiel al horrible estilo de Zzzz, que también sucede. Ahora muchos de nosotros, no solo los profesionales de los idiomas, podemos leer a los autores en su propia lengua, a algunos, claro, porque el polaco y yo no tenemos ningún tipo de relación, por ejemplo; ahí nos echa una mano en casa Jose M. Faraldo, traductor de la saga Geralt de Rivia.


¿A que no es tan complicado poner el nombre en la portada?

La traducción literaria tiene unas particularidades propias.  Para los lectores es un lujo que el mismo traductor conozca al autor y su obra, que tenga la posibilidad de dar continuidad a una saga y nos sumerja en los textos sin que en ningún momento nos demos cuenta de que estamos ante una traducción. Puede parecer sencillo cuando lo estamos leyendo, pero no podemos imaginar el proceso que ha seguido el traductor hasta llegar al resultado que tenemos en nuestras manos: investigación, documentación, si se han traducido entregas anteriores cómo se definió tal elemento... Durante los cursos de Traduficción, tuve la oportunidad de estar inmersa junto con otros compañeros en un mundo fantástico de neologismos, expresiones extrañas y, también, expresiones coloquiales que no habíamos oído en la vida.  Manuel de los Reyes * coordina e imparte estos cursos, en los que nos hace trabajar como enanos, para poder tener una minúscula idea de cómo es su trabajo habitual.  Ha traducido a Isaac Asimov, Brandon Sanderson y muchos otros autores que levantan pasiones en el mundo de la ciencia ficción y la fantasía.

Otra gran favorita en casa es Pilar Ramírez Tello*.  Seguro, segurísimo que habéis leído traducciones suyas. La saga Divergente o la trilogía de Los juegos del Hambresin ir más lejos. ¿A que creíais que existía el Sinsajo? Pues no, queridos, este palabro se lo inventó nuestra amiga Pilar, y mira dónde ha llegado. También cuenta en su haber con títulos menos comerciales, pero de gran calidad narrativa.




Estos grandes profesionales son en algunos casos escritores también. Pilar Adón, Claudia Casanova o la más conocida Olalla García *, con una larga carrera como novelista histórica, (El jardín de Hipatia, Rito de Paso) que recientemente se ha pasado al thriller, y José C. Valés *, quien probablemente os suene porque ganó con su novela Cabaret Biarritz el Premio Nadal de Novela 2015. Capaces no solo de trasladar las historias ajenas para nuestra comprensión, sino que también crean otros mundos que a su vez serán traducidos por otros para ser leídos por quienes no dominan nuestro idioma.


Considero necesario que seamos conscientes de que tenemos traductores buenos, y sería mejor si tuviesen más visibilidad y los nombrásemos en nuestras reseñas de libros extranjeros, como elemento esencial para adentrarnos en las obras. Y las editoriales los incluyesen en la portada. 












viernes, 6 de enero de 2017

Tarro libros 2017








Empezamos el año lector con mucha ilusión y un reto del que tenía conocimiento, pero en el que no había participado hasta ahora. Se trata de la tercera edición de Tarro libros, promovido por el blog Carmen y amigos. Es un reto sencillo. Se escoge un tarro y lo decoramos al gusto y por cada libro que terminemos de leer, introduciremos un euro u otra moneda local con un papelito indicando a qué libro corresponde.  

Al final del año, dependiendo de lo prolijas que hayan sido nuestras lecturas encontraremos ¡oh, sorpresa! una cierta cantidad de monedas que gastaremos en ¿sabéis qué? sí, en comprar más libros, esta adicción que poseemos la mayoría de los lectores y que alimenta nuestras estanterías, nuestra imaginación y nuestra vida social lectora. 

Me estaba planteando asignar distintas cantidades según las páginas del libro leído: los de menos de 200 páginas 50 céntimos, los que tengan entre 200 y 400 un euro y los que pasen de esa cantidad, dos euros.  El caso es que me ha parecido mucho más simbólico el tema un euro / un libro. Y ya se arreglarán las medias mátematicas entre ellos.

Y ni corta ni perezosa, he elegido mi tarrolibro, que ya tiene su primera monedita, la que corresponde a "El blog de la Doctora Jomeni" y está esperando la del futuro pretendiente que le sigue detrás. 




Probablemente no rebosará tanto como el ánfora que encabeza esta entrada, pero opino que es un destino muy romántico para estos ahorrillos; lo que viene de los libros, se va en libros.

¿Qué os parece esta iniciativa? ¿Os apuntáis?






sábado, 31 de diciembre de 2016

Año lector 2016






Ya lo estaba viendo: que se me termina el año y no voy a poder hacer el resumen lector. Es lo que había pedido para estas navidades, un ratito de tranquilidad para poder dedicarle al blog.   Ah, la familia, ah, las cenas con amigos, ah... ¡que se me acaban las vacaciones!  

Ha sido una semanita muy fructífera, además de todas las reuniones, siempre es una algría ver el rostro de los niños emocionados al ver el árbol con sus regalos, entre los que, cómo no, había libros. Libros para los que aún están aprendiendo a hablar, para los que ya no hay quien calle, para los que necesitamos tranquilidad para disfrutar de las letras con el reposo que merecen. Pero esos libros formarán parte de mi vida el año próximo.


Este año que finaliza he tenido el placer de marcarme un reto en Goodreads, y para mi sorpresa, lo he cumplido con creces. 

Pensé que dos libros al mes sería un número bastante asequible, aunque algún año mi recuento no ha pasado de los once, con lo que ya estaba estableciendo una meta, digamos, ambiciosilla.  Para mi sorpresa, lo superé hacia mediados de septiembre.  Afortunadamente, porque en diciembre no suelo leer casi nada. Y aquí podéis ver los libros que he leído. Están en orden cronológico inverso.  Comencé acabando (o eso creía) lo que pensé que era una trilogía. Y nos sorprende el señor Ruiz Zafón con la aparición del último volumen de la tetralogía. Ya, sí, bueno, que siempre había tenido en mente que fuesen cuatro. Pues perdone usted, don Carlos, ya no me lo leo no vaya a ser que me saque un quinto y siga, y siga, y siga... Y en mi humilde opinión, y para lo que viene a ser mi propio gusto, me habría quedado más feliz que una perdiz si sólo hubiese leído La sombra del viento. El segundo me ha parecido querer alargar el éxito conseguido y pensé que con este último (que no, nena, que no es el último) lo cerraría con más o menos acierto. 





De Soy Pilgrim ya os he hablado, fue el libro más largo y el que, en proporción, más rápidamente he leído. Lo iba alternando con Sobrevivir a los hijos, de Ana González Duque. Qué risas, por favor. Si os apetece sumergiros en ratitos de verdad verdadera, vistos con humor o en algunos casos resignación, os lo recomiendo vivamente.  Seáis padres o no, es una lectura muy refrescante.

Hay libros de ciencia ficción, fantasía, literatura contemporánea. Algunos me han gustado más, otros menos. El que más me gustó fue El libro de las cosas perdidas y los que menos Doctor Zibelius y El último pasajero.  El resto me han gustado bastante, he tenido mucha suerte al escoger las lecturas. 

He leído un total de 9,286 páginas, lo que daría una media de 774 páginas al mes. No es que signifique nada en particular, salvo que me puedo hacer una idea de la cantidad de libros que puedo leer según su volumen.  

Podría contar mucho más sobre cada uno de ellos, qué impresión me han dejado, si su huella perdurará más allá de los días de entretenimiento que me han proporcionado, pero... como os decía al principio, voy a tener que dedicar algo más de mi tiempo a los menesteres propios de estos días. 

Me reclaman para ir preparando la cena. 

Feliz fin de año a todos mis lectores. Os deseo paz y toda serie de venturas para 



Gracias por compartir vuestro tiempo conmigo.

Que seáis felices.